Laisser ses enfants s’autonomiser et lâcher prise !

¡Deja que tus hijos se independicen y déjate llevar!

Aprender a ser independientes siempre se hace bajo cierta supervisión, para nosotros es simple vigilancia y nuestro papel de guía. La confianza llega una vez pillado el truco, una vez que nuestros pececitos han mordido el anzuelo y a partir de ahí, cuando conseguimos soltarnos y confiar en ellos, ahí empieza el inicio de la autonomía, que (casi) parece otra vida. ¡a nosotros!

Ganar confianza

Confiar en tus hijos significa aceptar que nunca todo será perfecto, significa prepararse para algunos fracasos, muchas veces son sorpresas sorprendentes y sobre todo significa ofrecerles la oportunidad de ganar confianza, creer en sí mismos y estar orgullosos de lo que logran. solos (por supuesto, hacemos la vista gorda ante el desorden que esto crea: la habitación patas arriba, los cajones del tocador en construcción y el baño víctima de un tifón…)

¡A partir de los 4 años ya no está!

Sólo a partir de los cuatro años la autonomía empieza a adquirir todo su significado en la existencia del niño. Las elecciones de vestimenta, más que dudosas, se afirman (camiseta rosa con corazón y calzas de leopardo), las preferencias alimentarias, a veces realmente sorprendentes, se confirman (pasión por los rábanos ultra picantes con mayonesa) y su imaginación desbordante se manifiesta a menudo en imágenes bastante sorprendentes. experiencias (preparar té en su comedor para sus muñecas con el agua del baño) y seguimos... Día tras día, asistimos poco a poco a este espectáculo vivo que a veces nos supera sin dejar de ser verdaderamente fascinante.

a través de la piel

Un órgano esencial para la conciencia del mundo exterior, de lo que nos conecta con la naturaleza, con nuestro entorno, es la piel. Tomar conciencia de la piel a través de olores tranquilizadores y sensaciones asombrosas inmortaliza el encanto de la infancia estimulando todos los sentidos. Los tratamientos OUATE están diseñados para ayudar a los niños a ganar independencia, es una rutina que se debe implementar diariamente y que establece el reflejo de los buenos gestos. Entonces, es posible que la dosis (al principio) no esté del todo controlada (botellas casi vacías) pero mantenemos la calma (fácil de escribir pero difícil de recordar) nos ponemos en su lugar y poco a poco nos soltamos y ¡Confía en ellos! Con el tiempo entenderán cuál es la dosis correcta y sabrán cómo aplicar muy bien sus tratamientos por sí mismos.


Y esta mirada, una vez cumplida la misión, luminosa, chispeante, chispeante, orgullosa y alegre, que se vuelve hacia nosotros para examinar lo que ellos mismos han realizado, nos llena de felicidad y marca en la conciencia de nuestros hijos lo que son reconocimiento y confianza.